(Untwine) Uno de los patrones de control mental más fundamental ha sido simplemente invertir todo y hacer que las personas caigan en la ilusión de que las cosas malas son buenas, y las buenas son malas, que aman el odio y odian el amor, al menos en un nivel subconsciente. Este patrón ha llegado tan lejos que en este punto la mayoría de las personas ni siquiera se dan cuenta de cuánto les afecta.
El lugar más obvio para encontrar esta programación es en el negocio del cine. El horror y otros sucesos oscuros se presentan de una manera cínica y se considera que agregan interés a una historia; de hecho, se ha vuelto completamente inconcebible imaginar una historia sin estas cosas, parecería aburrido e inútil. En este contexto, ver el dolor en la pantalla (y luego en la vida real) se ha vuelto divertido, y las atenciones amorosas y pacíficas se vuelven ridículas.
Esto afecta profundamente el sentido de imaginación de las personas y, por lo tanto, también sus elecciones y lo que manifiestan como creadores. Esto impone un síndrome de Estocolmo en el que las personas creen que aman su esclavitud y sus vidas de sufrimiento, o al menos están de acuerdo en cierto grado.
Esto ha desconectado a las personas de lo que realmente es una vida normal en relación con el Creador/Fuente. Imagine una vida donde el sufrimiento no es parte de una aventura buena y satisfactoria. Donde todo lo que se necesita es ser dado incondicionalmente momento tras momento, generando una espiral de evolución ilimitada en felicidad y dicha.
El lenguaje es uno de los aspectos de nuestras vidas en el que esta programación de inversión ha sido anclada profundamente. Las palabras están hechas de sonidos arquetípicos, vibraciones, herramientas de manifestación.
Es sabido que Lucifer significa el portador de la Luz, pero en cambio esa palabra se ha invertido en la mente de las personas para que signifique algo muy oscuro. El mismo principio se ha aplicado a muchas palabras, especialmente a aquellas destinadas a representar lo sagrado femenino. Por ejemplo, la palabra ‘monster’ se compone de dos sílabas: mon y ster, que en realidad significan Estrella de la Luna. La palabra ‘demonio’ en realidad significa Diosa Luna (Dei / Dea en latín significa Dios / Diosa, de donde obtenemos la palabra deidad, y mon es la abreviatura de luna, como ‘monday‘ significa día-luna).
La Estrella-Luna es especialmente interesante porque es el símbolo elegido para el islam, y también se representa en la parte superior del símbolo OM:
Nuestro subconsciente entiende los sonidos arquetípicos, oye lo mismo en monstruos y estrellas lunares.
El simbolismo es una forma de lenguaje y ahora es famoso cómo tantos símbolos sagrados han sido secuestrados y su significado invertido en la mente de las masas. Cobra lo ha resumido bien:
“Lo que hacen es tomar un símbolo de Luz y usar propaganda mediática para atraer a la gente a asociar ese símbolo con la oscuridad, el dolor y el sufrimiento y suprimir la energía de la Diosa. Así evitan que una enorme cantidad de Luz fluya a las mentes y corazones de personas. Lo han hecho con el número 666 (una vez un número sagrado de la Diosa Venus, ahora un símbolo de las fuerzas oscuras en la mente de las masas), con el pentagrama (una vez símbolo sagrado de la Diosa Venus y ahora símbolo de magia negra para las masas ignorantes), con Lucifer (una vez un símbolo de la Diosa Venus —Portador de la luz— estrella de la mañana, ahora un símbolo del líder de las fuerzas oscuras para los desconocedores), con la esvástica (una vez un símbolo de evolución espiritual y ahora asociado con el nazismo)”.
El número 6 está escrito como una espiral, por eso tiene este simbolismo.
Hay muchos otros simbolismos menos conocidos en todos los medios masivos. Las fuerzas oscuras son psicópatas, se han infiltrado en las escuelas de misterios y han comenzado a usar el simbolismo, pero realmente no entienden lo que están haciendo. Ven todo como una fuente de poder pero no entienden la naturaleza de estos poderes. Un buen ejemplo de esto es la marca de automóviles japonesa ‘Subaru’, esa palabra significa Pleiades en japonés y el símbolo de la marca de automóviles es bastante claro:
De vuelta al lenguaje, otra palabra femenina sagrada que se ha invertido es la palabra Cunt. Significa vagina y en la mente de las masas ahora se ha convertido en un insulto muy malo. En realidad proviene de la palabra sánscrita Kunda que está asociada con Shakti, y de esa misma palabra raíz vino la palabra Country (el útero / vagina de la tierra de donde sale la vida), y la palabra kind: ‘ser amable’ o ‘el mismo tipo ‘son ambas nociones femeninas. Originalmente en la antigüedad, la palabra Cunt se le decía a una mujer como un cumplido muy agradable sobre su belleza y poder femenino, y ahora es visto como un insulto por parte de las masas.
Este tipo de inversión también es muy evidente en la jerga, donde todo tipo de palabras con connotaciones de violencia y sufrimiento se usan para significar algo bueno.
Aunque esto no es nuevo, se ha hecho durante siglos. Por ejemplo, ¿por qué la palabra awe-some significa bueno, pero la palabra aw-ful significa horrible? Esto no solo concierne al inglés, sino a todos los idiomas principales del planeta.
Esta programación de inversión entre el bien y el mal crea la compartimentalización en la psique: nos vemos arrastrados a pensar que un sonido significa cierta cosa en nuestra mente consciente, mientras que la mente subconsciente sabe que significa otra cosa. Por lo tanto, crea paredes entre el consciente y el subconsciente, lo que hace que sea más difícil conectarse entre sí.
Esta programación oculta del lenguaje ha sido claramente definida: deletreamos palabras (letra por letra — Spell), como hechizos mágicos (spells), y pronunciamos write, ‘escribir’ como rite, rito, que es una ceremonia, un ritual.
Nuestro terminología es en realidad un conjunto de términos y condiciones, pero podemos reclamar sonidos arquetípicos y declarar nuestros propios términos basados en la verdad y explorar todas las áreas de nuestra psique para ver lo que realmente elegimos aceptar y amar en nuestra realidad.
Liberación ahora!