Los surcoreanos están lenta pero seguramente entendiendo que hacer un trato con una nación que está decidida a llevar guerras perpetuas es como hacer un trato con el mismo diablo. En otras palabras, la gente está cayendo en cuenta de que las guerras perpetuas generan odio perpetuo, el odio perpetuo provoca colapso moral y económico, y el colapso moral y económico genera confusión, caos y catástrofe.
Trump está pidiendo a Corea del Sur que pague por un sistema antimisiles (THAAD) que costará por lo menos mil millones de dólares, y los surcoreanos están diciendo básicamente que no pueden pagarlo. Cientos de manifestantes en la ciudad de Seongju llevaron letreros que decían: “No THAAD, No War” y “Hey, USA, ¿Are you friends or occupying troops?” Esos manifestantes chocaron con la policía y comenzaron a lanzar botellas de agua a los remolques militares. En esencia, estas personas están diciendo: “No nos nos inscribimos para esto”.
Corea del Sur ha criticado la propuesta del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de que Seúl pague por el sistema de misiles de defensa de área de alta altitud terminal (THAAD, por sus siglas en inglés) que ahora se está desplegando en el país. Trump había preguntado antes por qué EE.UU. pagaba por el sistema que valoraba en 1,000 millones de dólares (775 millones de libras esterlinas).” [1]
Kim Ki-jung, consejero de política exterior de la candidata presidencial Moon Jae-in Moon y profesor de la Universidad de Yonsei, dijo: “Incluso si compraramos THAAD, su operación principal estaría en manos de Estados Unidos. Así que la compra sería una opción imposible. Ése era el tema cuando estábamos considerando las opciones“.[2]
Incluso China ha criticado a THAAD, diciendo que “el sistema antimisiles socava la seguridad nacional [de Corea del Sur]”.[3]
Los surcoreanos se están dando cuenta de que las únicas personas que realmente se benefician de los programas militares y sistemas de defensa como THAAD son los contratistas de defensa y los ricos y poderosos, no la persona promedio. Si no hay guerra y si Kim Jung-un no es realmente una amenaza, entonces los sistemas anti-misiles son prácticamente inútiles. Y quienes han construido esos sistemas, van a perder dinero.
En otras palabras, las guerras perpetuas, el odio perpetuo y las muertes perpetuas son realmente buenas para ciertas personas. De la misma forma, Daesh es bueno para ellos porque los contratistas militares se benefician de la guerra. Se ha reportado que el Pentágono está vendiendo hasta “300 millones de dólares de material militar al ejército kurdo“.
En resumen, es absurdo que la administración Trump provoque un país como Corea del Norte. Nada bueno ha salido de la guerra perpetua. Trump parece haber aprendido prácticamente nada de las guerras en Irak, Irán, Afganistán y Libia. Como mi amigo y colega Mark Dankof ha dicho recientemente durante una entrevista con Press TV, “[Trump] es un hombre peligroso… y veo la posibilidad de una catástrofe global“.
Lo que ahora necesitamos desesperadamente en esta coyuntura es una buena dosis de razón práctica en el panorama político. Rusia ha hecho varios intentos de cooperar con los Estados Unidos, pero los neoconservadores en Washington se han negado rotundamente a cooperar. ¿Por qué?
Obviamente porque los neoconservadores y el régimen israelí ya han rechazado el Logos en todas sus manifestaciones. El orden moral y político es la antítesis de la ideología neoconservadora, y esa es una razón por la cual prácticamente ninguna persona seria puede entender por qué Washington se niega a tener un diálogo razonable y práctico con otras naciones con las que no están de acuerdo.
Washington quiere guerra y derramamiento de sangre porque el régimen israelí está dictando lo que hay que hacer. Trump está permitiendo que eso suceda. Él es cómplice de un sistema esencialmente diabólico, y esto es realmente peligroso.