Durante las primeras 7 horas del año, el escritor de este blog observó el cielo de manera intermitente en busca de alguna señal de las fuerzas de la luz. Distintas operaciones sobre las que escribiré en un futuro próximo están teniendo lugar en estos momentos, y existía la probabilidad de que sucediera la Compresión de Avance apenas empezando el 2017.
Al rededor de las 550, una luz más brillante y de mayor tamaño que Venus, apareció en el cielo nocturno. La luz parecía no venir de muy lejos, quizá entre la región de la baja óribta terrestre y la parte superior de la atmósfera. La luz parecía querer penetrar el velo. Al mismo tiempo, se sentía mucha actividad en el horizonte, como si toda una serie de batallas estuviveran sucediendo. De hecho se podían ver claramente los tentáculos de Yalbadaoth, luchando para detener el avance de la luz.
Después de unos pocos minutos la oscuridad logró tapar el hueco. Al rededor de las 620 otra luz aparecío a apenas unos pocos kilómetros, haciendo unas maniobras rápidas en zig zag, para luego desaparecer (o lo que pareció más bien salir al espacio de forma extremadamente veloz).
Media hora después amaneció.